Por Juan Camilo Botero, Sintonía de Vida

La sirena de la ambulancia avanzaba rápidamente para ir al servicio de urgencias más cercano de la ciudad Blanca. Clara se encontraba en el interior, con su mirada perdida en el horizonte, un cabello azabache y unas manos tan pulidas como las esculturas de porcelanas de Lladró. Llevaba tres días sin dormir, sentía rasgar su pecho, sudaba profusamente, su cabeza estaba a punto de estallar, una cuerda imaginaria le cortaba la respiración. Ella presentaba una crisis de ansiedad luego de recibir una noticia inesperada.

Los tipos de ansiedad

La ansiedad es una respuesta adaptativa a circunstancias de la vida en las que el ser humano puede sentirse en peligro o tiene la percepción de perder el control ante una amenaza real o imaginaria. Así se prepara el cuerpo para luchar o huir, mediante la activación del sistema nervioso simpático con la elevación de adrenalina y de cortisol como supervivencia, movilizando los sistemas fisiológico y motor y ocasionando agotamiento, dolores musculares, palpitaciones, insomnio, problemas de concentración, lesiones cutáneas, colon irritable y dificultad para tragar.

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La ansiedad adaptativa permite responder adecuadamente ante el estimulo imaginario o real y proporcional en tiempo e intensidad.

La ansiedad patológica, por su parte, es una reacción desproporcionada ante la anticipación o la mala interpretación de un peligro potencial que lleva a un compromiso de los pensamientos, ya que estos se convierten en catastróficos con la movilización de emociones como el miedo continuo y la hipervigilancia, que crean conductas para evitar situaciones particulares, que pueden tener una base genética o secundaria a factores ambientales y psicosociales por condicionamientos aprendidos.

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La ansiedad es una reacción emocional donde de forma recurrente se sienten tensión, incertidumbre y preocupación por la hiperactividad de la amígdala cerebral, la elevación de la noradrenalina por parte del locus ceruleus y la inhibición del GABA (ácido gamma aminobutírico).

En un estudio realizado por Olga Babaev y colaboradores demuestran cómo activar el GABA puede ser útil para procesar de una manera diferente la información que llega a la amígdala y tener un enfoque para nuevas estrategias de manejo de la ansiedad.

Los trastornos

La incidencia de los trastornos de ansiedad son más frecuentes en las mujeres, y se ha acentuado en la población infantil. Entre ellos se encuentran:

  • El trastorno de pánico.
  • El trastorno de estrés postraumático.
  • La agorafobia.
  • El trastorno obsesivo compulsivo.
  • El trastorno de ansiedad social.
  • El trastorno de ansiedad generalizada, que tiene una prevalencia del 3 % al 7 %, ocasionando deterioro personal, social y laboral.

Pensamientos que colisionan

Todo ocurrió tan veloz. Estaba en su silla preferida color violeta con puntos naranjas que le confería un halo de nobleza, tenía unas patas robustas de cedro de treinta centímetros y con un espaldar ergonómico. Estaba escuchando a Leonard Cohen y su canción Anthem. El teléfono sonó y al contestar su hermana le anunció que su abuela, quien le enseñó el arte del Kintsugi, falleció por una enfermedad respiratoria misteriosa. 

Clara recordó rápidamente las aventuras con su abuela al visitarla todos los fines de semana en su hogar, una casa blanca con dos torres donde siempre soñaba que era un gran castillo, lleno de sueños y aventuras, que le confería calma y serenidad.

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La abuela murió un día donde la luna y el sol se escaparon en el momento justo, casi se pudo entrever que entre silencios y secretos bailaban al ritmo del viento y entre nubes un polvillo muy fino ascendió para transformarse en un lucero brillante.

Un hombre con una sonrisa cálida, cabellos rubios, mediana estatura con una bata blanca y en el bolsillo izquierdo el nombre de Nauj resaltado en un color naranja la recibió amablemente al bajarse de ese carro que en ocasiones trae vida y otros finales no anunciados. Le dio una palmadita en su hombro izquierdo y se sentó a charlar.

En la mesa de su derecha un jarrón mostraba una línea dorada, había sido reparado con polvo de oro como su abuela le enseñó en otras épocas y le decía al oído cuando jugaba con dragones imaginarios y príncipes de humo: «la vida te encargará de llenarte de fisuras para que puedan entrar la luz y renacer como el ave Fénix». Rápidamente la ansiedad y la angustia de Clara se fueron evaporando, respiró lenta y profundamente, y a su ritmo entró en un estado de sosiego. Comprendió nuevamente que podía abrazar su vulnerabilidad para convertirla en un motor y llegar a su esencia.

Clara observó todo a su alrededor, respiró lentamente y se acomodó en su silla violeta. En la pared de color blanco sobresalían unos troncos cubiertos por un follaje de drácaena marginata, todo estaba en silencio, excepto los pensamientos que en su cabeza colisionaban frenéticamente. Vio las escaleras a su lado izquierdo con una pequeña bombilla que iluminaba el cuarto y sintió un viento gélido.

Al lado derecho una ventana redonda permitía ver el infinito. En la mesa, tres piezas de figuras antropomorfas, en posición de calma, con sus manos en los muslos y con sus ojos cerrados estaban vigilando el último regalo que su abuela le había dado antes de convertirse en parte del universo. 

Un libro de color rojo brillante tenía unas inscripciones que se podía leer: El Neidan, y en la portada, un castillo surreal. Por su puerta, la silueta de una mujer con un gran vestido blanco ofrecía una sensación de armonía y de quietud.

Abrió el libro y algo mágico sucedió: pudo observar cómo todo su ser interior, aquello que tenía en caos, volvía saludablemente a estar en equilibrio.

Recomendaciones

Para manejar los estados de ansiedad es importante pedir ayuda y no evitar las situaciones que los están generando. Hablar con alguien cercano aumenta la oxitocina, que nos ayuda a tener confianza y vinculación. 

  • Dormir de una manera adecuada.
  • Realizar ejercicio.
  • Alimentarse saludablemente.
  • Evitar sustancias que puedan aumentar la ansiedad.
  • Establecer prioridades donde reconozcamos qué es lo más importante en nuestra vida.
  • Practicar técnicas de relajación y meditación.

Hacer manejo por psicología con psicoterapia, reestructuración cognitiva, terapia de aceptación y compromiso, y terapia cognitiva conductual pueden ayudar a que los pensamientos sean más racionales para   devolver la luz que en algún momento se apagó y que nuevamente el faro nos guíe en la oscuridad. El profesional definirá si es necesario el uso de terapia farmacológica.

Clara se sintió libre, sin cargas, sin tensiones, estaba centrada en su esencia, tomó conciencia de sus fortalezas, logro expandir su mente, fluir como un rio para desembocar a un inmenso océano. Pasaron tres días, Clara se despidió de Nauj con gratitud eterna. Caminó tranquilamente y se detuvo en la casa blanca, en lo más alto observó un ave de plumaje rojo y naranja que se perdía en el horizonte.

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