Por Juan Camilo Botero, Sintonía de Vida
La primavera se asomó de nuevo con el renacimiento de árboles frondosos y flores majestuosas de múltiples colores como el arcoíris que bailaban una bella danza. Los ríos comenzaron a fluir, dejando atrás la quietud, y los pájaros volaban alegremente, haciendo unas maniobras acrobáticas como los Extra 300L. El bosque volvía a renacer, el viento acariciaba aquel espectáculo, se sentía un ambiente de serenidad y calma.
En lo profundo del bosque de la claridad, Helena habitaba una casa agreste de madera tosca con una puerta de color azul cielo y una chimenea por donde el humo blanco se enredaba entre los fresnos de montaña. En la puerta estaba Paris, un micho Maine Coon color chocolate con dotes de intrépido cazador, una nobleza aristocrática y un maullido sagaz que nunca abandonaba a Helena.
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Eran las dos de la mañana. Helena era una mujer bonachona, honesta y trabajadora, pero que se encontraba atrapada en una telaraña de emociones. Estaba en vela, no podía conciliar el sueño, daba vueltas en la cama, contaba ovejas una y otra vez… tenía insomnio. Sentía angustia y miedo por una extraña enfermedad que su padre padecía luego de un cuadro gripal, llevándolo a una niebla mental y una sensación extraña de debilidad como si fuera un muñeco de trapo.
Características del insomnio
El insomnio es la dificultad para alcanzar un estado de paz, de relajación y es un motivo frecuente de consultas. Este puede ser de inicio, de mantenimiento o por un despertar precoz.
Puede ser secundario a una enfermedad orgánica como el hipertiroidismo, por malos hábitos de vida, por deficiencia de magnesio, vitamina D y calcio, por ejercer oficios nocturnos y también por el estrés crónico, como lo demuestran Kalmbach y colaboradores. Este que conduce a una mente agitada, a pensamientos irracionales e hiperactivos que se mueven estrepitosamente a una excitación emocional en la que se va perdiendo el control de las situaciones y la mente queda prisionera de la noche oscura.
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Las consecuencias del insomnio son nefastas para el cuerpo. Si es crónico puede llevar al agotamiento físico y mental, a enfermedades psicosomáticas como dolor de cabeza, muscular o abdominal; gastritis, reflujo gastroesofágico y trastornos cardiovasculares.
El insomnio puede llevar también a:
- Problemas de atención.
- Irritabilidad.
- Fatiga crónica.
- Dificultad con la concentración.
- Ansiedad generalizada y depresión, que se presentan –como lo demuestran las investigaciones– por alteraciones de los circuitos cerebrales corticolimbicos, cambios en la arquitectura del sueño y la alteración de los neurotransmisores como la serotonina y la dopamina. Es un círculo vicioso donde el insomnio lleva a enfermedades mentales o a ser manifestación de la depresión o la ansiedad.
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El estrés crónico lleva a una reactividad del cuerpo, manteniendo una actitud de alerta permanente. Esto provoca dificultad para conciliar el sueño, y puede presentarse por una sobreactivación del eje hipotálamo- hipofisiario-adrenal dado el aumento del cortisol y una desregulación del sistema nervioso autonómico, guiando una estimulación de la rama simpática con la liberación de adrenalina, manteniendo un estado de hipervigilancia.
Párpados pesados
Helena sentía que su cuerpo era golpeado por el cincel de un escultor. Sus párpados estaban pesados por otra noche en blanco que le estaba robando su vida.
Entró a la cocina, tomó una taza de su aromática preferida con manzanilla y hierba Luisa. Se sentó y su celular resonó con un ringtone de Summer Nights. Ese era su maestro, su inspiración. Lo vio y escuchó por la pantalla y se conectó con su corazón. Estaba mejor, sentía el gusto por la vida, la niebla que opacaba sus pensamientos se diluyó saludablemente, el cuerpo retorno a un estado de equilibrio donde la energía vital resurgió en su cuerpo. Una nueva esperanza floreció como la primavera.
Dormir bien mejora nuestra calidad de vida y aporta energía para desempeñar las actividades que realizamos a diario.
¿Cómo evitar el insomnio?
Para evitar el insomnio es importante mantener horarios regulares, buscar un lugar acogedor sin ruidos externos, con una temperatura agradable en la habitación entre 18 a 20 grados. Una cama cómoda, evitar hacer ejercicios extenuantes antes de ir a la cama, respirar y practicar mindfulness para desconectarnos del mundo externo y conectarnos con nuestro mundo íntimo pueden ser herramientas útiles para aquietar la mente y gestionar nuestros pensamientos.
- Los alimentos ricos en triptófano –como las pastas, el chocolate negro, el arroz, las nueces– y en melatonina –como los tomates, el plátano o los cereales integrales– nos ayudan a conciliar el sueño, sin embargo es importante no comer antes de dormir para evitar síntomas gastrointestinales como es el reflujo o la distensión abdominal.
- Las bebidas como el café y el té pueden llevar a estados de insomnio.
- La terapia cognitiva conductual es otra herramienta muy útil para el manejo de este síntoma para controlar los pensamientos, las emociones y las conductas y que sean más saludables.
- Prácticas como la acupuntura son opciones para conectar nuestra mente a la almohada y tener dulces sueños.
- El tratamiento farmacológico es exclusivo del profesional de la salud o de personal entrenado.
Helena salió de su casa, estaba radiante. Una ardilla trepo rápidamente a un roble rojo alcanzando la copa. Respiró profundamente, cerró sus ojos, visualizó cómo sus pensamientos intrusivos abandonaban su cabeza y cómo el viento se los llevaba muy lejos.
Descendió su vista y vio a Paris con su ronroneo y en ese instante, fue abrazada por los brazos de Morfeo.
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